Crónica Aquasella 2025: techno, calor y un imprescindible en el norte
Aquasella
Un año más, Aquasella volvió a demostrar por qué sigue siendo uno de los festivales más queridos de la península. Para mí, es un diez: un cartel de infarto, un entorno único en Arriondas y ese ambiente que hace que cada edición sea especial. Eso sí, no todo fue perfecto…
El viaje ya fue toda una prueba de resistencia: 12 horas de bus desde Barcelona (gracias, verano joven por esos 4€), más 2 horas de tren a paso de tortuga y, finalmente, caminata hasta el festival. Llegamos con menos energía de la esperada, pero el opening de Cristian Varela nos dio la chispa suficiente para arrancar la primera noche. A partir de ahí, la carpa fue nuestro hogar: Stef Mendesidis, Adriana Lopez, Slin y Tarkno… techno puro y duro que hizo imposible salir de allí.

El segundo día, el verdadero reto fue el calor: hasta 40 grados en Asturias (un año antes iba en sudadera). Toca río, pueblo y a recargar fuerzas como se podía en el camping, que ya adelanto, fue un caos. Por la tarde, disfrutamos de Andrés Campo, y aunque probamos el Open Air, con la llegada de Lilly Palmer volvimos directos a la carpa, donde más tarde nos regalaron uno de los momentazos del festival: el B2B entre Freddy K y Lady Machine, sin duda lo mejor de la noche. Lástima perderme a UFO95, pero habrá revancha.
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El sábado fue la jornada grande y empezamos fuerte con Yanamaste (primer set que le veía y no será el último). Desde ahí, imposible despegarse: Jeff Mills, Oscar Mulero, Funk Assault… techno en estado puro. Solo salí de la carpa para ver a 6EJOU, que también se marcó un set brutal.
Si tengo que poner un “pero”, sería el tamaño de la carpa: se queda pequeña. El techno pide oscuridad e intimidad, sí, pero el espacio necesita crecer porque el público lo exige. El camping, en cambio, fue lo peor: pasillos inexistentes, tiendas amontonadas, baños demasiado lejos y un sistema de aforo que hacía desesperante hasta ir al baño.
Muchos dicen que Aquasella “ya no es lo mismo”, pero lo mismo pasa con Medusa, Brunch o cualquier festival. Los tiempos cambian y hay que adaptarse. Lo que a mí me ilusiona es que todavía queda mucha gente que va por el techno y no solo por el hype del hard. Y eso asegura que Aquasella seguirá siendo un referente.

En resumen: Aquasella mejora cada año y para cualquier amante del techno sigue siendo un festival imprescindible. Yo ya tengo ganas de ver cómo nos sorprenden en 2026.